Posiblemente, muchos de nosotros nunca hemos reparado en
pensar en la longevidad de las especies vegetales. Yo no lo había hecho hasta hace bien poco, la verdad. Y cuando
descubres que en España (al igual que en casi cualquier rincón del planeta)
existen ejemplares milenarios de árboles, aumenta el interés por conocer un poco
sobre ellos.
Hablamos de seres vivos que han sido contemporáneos de los
romanos, coetáneos de las guerras contra los árabes, protagonistas de escenas
medievales, en definitiva, espectadores de todos los sucesos ocurridos en los
últimos milenios. Algo increíble si lo pensamos con detenimiento…
Debido a este interés, iniciamos una serie de artículos en
los que se irán presentando algunos de los árboles más longevos y singulares
que existen en nuestro país. Y, para ello, comenzamos con el que es considerado
el ejemplar más viejo que existe en España.
Se trata del tejo de Valhondillo, situado en un bosque de
pinos ubicado en el valle del arroyo Valhondillo o Barondillo (afluente del río
Lozoya), al noreste de la montaña Cabezas de Hierro, en el término municipal de
Rascafría (Madrid). Es un tejo singular,
cuya edad se calcula entre 1500 y 1800 años, aunque no es el único de la zona
pues –dispersos en este bosque- pueden verse otros ejemplares más, algunos de ellos también milenarios.
Tejo de Valhondillo. Foto: Miguel303xm |
Un árbol sagrado
desde antiguo
El tejo ha sido considerado un árbol sagrado por diversas
culturas debido a su extrema longevidad, simbolizando la vida eterna. Es por
ello que, en ocasiones, pueden ser encontrados al lado
de antiguas ermitas y en cementerios, en un claro culto al más allá, al paso
hacia el otro lado. Realmente es un árbol con un simbolismo dual, de vida y
muerte, pues era famoso ya entre celtas,
griegos y romanos por el potente veneno que albergan sus hojas.
Estas particularidades han hecho que el tejo, desde antiguo,
haya sido elegido como lugar de reunión, como marca fronteriza, como hito
imposible de pasar por alto. De forma especial, el tejo ha sido venerado por el
pueblo celta, utilizando incluso sus ramas para fabricar bastones mágicos con
los que adivinar el futuro o en determinadas ceremonias como remedio eficaz contra
las acciones de hadas y brujas, tradición que fue adoptada también en época
cristiana.
¿Cómo visitarlo?
Si deseamos conocer esta singularidad de la madrileña Sierra
de Guadarrama, podemos dejar el vehículo en las zonas habilitadas para ello
entre los kilómetros 32 al 34 de la carretera M-604 (la que va desde Rascafría
al puerto de Cotos) para, a continuación, seguir la ruta paralela hacia el
puente de la Angostura.
Una vez llegados al puente, habrá que comenzar a
caminar hasta el final de la pista. Allí veremos una valla de piedra y hierro forjado detrás de
la cual podremos observar el famoso árbol, un ejemplar de tejo común o europeo
(Taxus baccata) situado a 1630 metros
sobre el nivel del mar. El tejo tiene un tronco hueco de unos 3 metros de
diámetro, goza de buena salud y se le han realizado sucesivas podas de ramas
enfermas.
Tiene una altura de casi 8 metros, una copa de 15 metros de anchura y
9,10 metros de perímetro de tronco. En 1985 fue protegido por la Comunidad de
Madrid al entrar en el catálogo de especies protegidas en la categoría de
árboles singulares.